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lunes, 17 de julio de 2017

PULSEADA ENTRE DOS EN LA VENEZUELA DE MADURO



Ayer la oposición sumó más de 7 millones de votantes, diciéndole que no a la elección constituyente del Presidente Maduro, quien a su vez, realizó un simulacro de votación preparando a la población para el acto comicial de fin de mes.

Más allá de las discusiones y las dudas surgidas respecto a los números opositores (entre otras cuestiones, sorprende las razones alegadas de posibles represalias por lo que se procedió a quemar actas y cajas de votos) así como la poca visibilidad mediática del evento oficial, resulta claro que se inaugura un nuevo capítulo de esta compleja trama política de la Venezuela post Chávez.

En efecto, serán dos semanas donde ambos pulsearán tratando a ningunear y anular al otro, porque se trata de dos lógicas de país enfrentados. La lógica opositora inauguró ayer mismo, su llamada "Hora Cero" y ya convocó para este jueves, a un paro cívico nacional. Maduro y la titular de la siempre discutida Comisión Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, han relativizado la masiva demostración pacífica opositora, han expresado que no es vinculante y planteado seguir adelante con la prepotencia oficialista para reformar la Constitución y con ello, un nuevo orden jurídico, que borrará la propia institucionalidad chavista. 

Venezuela vive horas fundamentales para su destino. O se embarca en el rumbo que la oposición marca y con ello, las horas de Maduro parecen contadas, en una trayectoria que se parecerá a la de Augusto Pinochet, cuando tuvo que aceptar su derrota en el plebiscito de octubre de 1988 e inició así la transición a la democracia en Chile o, negándose a tal sendero, se convierte en un dictador a lo Castro en Cuba, con una legalidad neoconstitucional de fachada?

Puede jugar el entorno internacional en la dilucidación de este bloqueo político? Varios ex Presidentes latinoamericanos fueron veedores del proceso electoral opositor como la OEA liderada por el uruguayo Almagro, festejaron el éxito de la coalición de los Borges, Capriles, Machado, López y Guevara. Pero quien sí puede influir decisivamente es la Estados Unidos de Trump. Este ya amenazó que si Maduro continúa su intención de reformar la Constitución, se verá obligado a sancionar al país caribeño. Sabemos que ese tipo de medidas refuerza a todo oficialismo y le dará la excusa perfecta para militarizar más el régimen, como ocurrió con el embargo americano sobre la Cuba de los Castro. Tal vez, un verdadero bloqueo petrolero sea una medida más fuerte y quizás eficaz. No podemos preverlo pero sí podemos conjeturar que las próximas dos semanas serán definitorias.

jueves, 13 de julio de 2017

MACRI: RECONSTRUCCION O ABISMO?



Por su insuficiente mayoría electoral lograda en una segunda vuelta, por la nula convicción de su asesor de campaña devenido en estratega de gobierno, de la mano de su Jefe de Gabinete, dada la necesidad de diferenciarse de los líderes históricos argentinos, providenciales y carismáticos, Mauricio Macri, como buen ingeniero, desechó alternativas políticas ya al inicio de su mandato presidencial y optó por otras que hoy lo hacen "caminar por la cornisa". 

En efecto, no optó por el camino de los acuerdos programáticos con la oposición; relegó en el poder, a unos pocos políticos tradicionales duchos en negociación legislativa; tampoco generó un plan macroeconómico integral de largo plazo ni de shock antiinflacionario en el corto, ni siquiera apeló a la movilización popular de respaldo en las calles, a través de los tres partidos de su Frente Cambiemos. 

Eligió otras herramientas absolutamente disímiles: ensayó un show-off de miniacuerdos coyunturales con los gobernadores peronistas, aunque también con Sergio Massa en la Legislatura bonaerense y en el Congreso Nacional pero sólo hasta diciembre del año pasado; prefirió a gerentes privados, de cierta experiencia en el manejo de empresas relativamente exitosas en el período de mayor sesgo antiempresario de épocas recientes -el kirchnerismo-; atomizando la autoridad técnica de Economía, apeló a iniciales medidas correctivas de los desastres "macro", heredados tras 12 años, con una lógica minimalista y gradualista en algunos campos y de ciertos vaivenes en otros, sin siquiera discutir la posibilidad de un esquema más ambicioso y, finalmente, se manejó en el plano comunicacional, con una gran confianza en un ejército de "trolls" en las redes sociales y el barrido de funcionarios con mucha presencia dialoguista en la vasta geografía territorial urbana argentina.